Adendum de Cronica de una Infamia.

Carta póstuma a mis hijos.

Parte II

Lic. Mario Zazueta, necesite tiempo para razonar nuestra plática, y para poder contestarle y explicarle a Ud. El porque ante todo mundo, ellos me anteponen como un ser totalmente intransigente.

En estos días en que únicamente estoy haciendo tiempo para decir adiós, ya que únicamente estoy esperando que pasen los tiempos que antes marque.

El día diez de Enero, fecha en que vino Ud. a instancias de mi hijo Marco, a pedirme que desalojara el terreno donde se encuentran las maquinas, y que me empezó a platicar que en el mes de Octubre había estado en Guasave, mi otro hijo Jonathan, que Ud. lo había conocido y que estando en Villa Guass, en determinado momento en que pudo hablar a solas con Jonathan, le planteo las circunstancias en que Yo, me encontraba, y que Ud. le planteo que se acercara a platicar conmigo, que Ud. no podía entender, que existiera una relación así entre padre e hijos, Ud. me platico, que el le había contestado, que conmigo no había ninguna posibilidad de dialogo, que Yo siempre había sido una persona totalmente intransigente, esta respuesta que por lo que me platico, ya con anterioridad se la había repetido Marco en varias ocasiones, es la salida clásica que su madre les enseño muy bien, y esta es la de lavarse las manos por adelantado, pues de esta forma automáticamente Ud. cree lo que le dicen, y mas si en vez de uno se la repiten dos ò tres gentes, incluyendo a su madre.

Le pregunto a Ud. que me trato, si alguna vez le di la impresión de ser una persona de trato difícil ò intransigente, Ud. me contó como Jonathan, le ofreció comprarle la casa a largo plazo, pues en ese momento tenia invertido todo su dinero, y como también, le había dicho Marco, que pensaba pagarme el dinero que me debía (al que Yo, llamo robo) cuando tuviera dinero, con eso Ud. fácilmente puede pensar que buenos hijos son, que el monstruo intransigente que ellos siempre describen, soy Yo.

Yo le pregunto, si Ud. estuviera conciente, porque créame que mis hijos están plenamente concientes de lo que hicieron; De que Yo, su padre se esta muriendo literalmente de pena y de hambre, le enseñe a Ud. como me quedaban los pantalones, y esos no se me caen por haberme puesto a dieta, sino primero por la pena, la desilusión, la amargura que causa que los seres, a los que mas quiso en su vida y por los que lucho, para que salieran adelante, le correspondan de esta manera y el segundo la alimentación, le comente a Ud. cuando me pregunto de que vivía, y con vergüenza le conteste, que de la caridad de las personas que mas he admirado en mi vida, pues a pesar de su pobreza, y de todas sus carencias día con día, me traen de comer a mi y a los perros.

Por otro lado le agradezco el haberme ofrecido un poco de ayuda económica, lo que Ud. me ofreció, lo coloca dentro del gran universo de las personas bien nacida, que afortunadamente somos la mayoría en este mundo.

Tanto Ud. como Yo, fuimos dos seres formados dentro de ciertos valores, que son los valores del bien, y nuestros cerebros se encuentran bloqueados, para ni siquiera poder llegar a pensar en la posibilidad de causar algún daño ò dolor a una tercera persona, y si piensa uno en sus padres, de inmediato sabe que son lo mas sagrado que puede uno tener.

Estos principios, no escritos, pero en los cuales basamos nuestra conducta, no nos permiten entender como le funciona el cerebro a seres enfermos como mis hijos, Jonathan y Marco Martinez Lozada, como su madre Ma. Cristina Lozada González y como Cielo Yolanda Figueroa Garcia.

Debemos recordar que desde los tiempos mas remotos, en las culturas mas antiguas, y a través de los tiempos, mismos que ahora son la historia, siempre a existido una lucha entre el bien y el mal, afortunadamente siempre al final de cada capitulo a triunfado el bien, quien a sido, el que siempre a tenido la razón, al final de cada capitulo de la historia, el mal siempre a sido castigado, y para esto únicamente hay que leer un poco ò ver los noticieros de televisión todos los días.

Le voy a contar a Ud. que además a sido testigo de las visitas que me han hecho, cuando Marco a necesitado algo, que la ultima visita de cortesía, si se puede llamar así, fue una que me hizo en compañía de Polo, y que no duro mas de un minuto, en la cual no hubo abrazo, ni buenos deseos, esta fue en el mes de Diciembre del año dos mil cinco, fecha en que vino a traerme un reloj, para corresponder el regalo de Navidad que Yo, les hice a los niños, y que fue un brinca brinca.

Yo le comente a Ud. que antes que nada, siempre he sido un hombre digno, lo invito a que se ponga en mi lugar, y créame que no se lo deseo a nadie en el mundo, y no puedo decir que ni a mi peor enemigo, porque nunca tuve enemigos de este calibre.

Teniendo a la mano estos documentos, podrá Ud. formarse un juicio totalmente imparcial, y no es mi intención que se compadezca de mi, ò que me de la razón, y como nunca eh sido una persona a la que le haya gustado jurar, ya que cuando se es un hombre de bien no se jura, se empeña su palabra, y no hay poder en la tierra, que lo haga faltar de cumplir la palabra empeñada.

Por lo que le doy mi palabra de hombre, de que todo lo que en estos documentos he escrito es verdad.

Ironías de la vida, al igual que en mi infancia, de nueva cuenta vuelvo a desear y a soñar con comerme una torta de jamón. Corrijo, este párrafo, Sol me adivino el pensamiento, y trajo todos los ingredientes, para hacer unas ricas tortas de jamón.

P.D. Por hay le dejo un recuerdo, y de nueva cuenta le agradezco su apoyo moral.

Guasave, Sinaloa a 12 de Enero de 2007.